miércoles, 24 de abril de 2013

El costo de la muerte


Para las personas, el fallecimiento de un ser humano, implica la desaparición física por una  causa natural o accidental. Con sus distintas tradiciones, la práctica del adiós y el posterior duelo del individuo va mucho más allá del punto de vista material o religioso.

Venezuela es uno de los países con mayor índice de muertes violentas en el mundo. Con una tasa de muertes semejante a la de un país en guerra, ya que según estadísticas del observatorio de la violencia para 2012, hubo 73 homicidios  por cada 100.000 habitantes.

Aunado a esto, la nación vive inmersa en una difícil crisis económica que se ve reforzada por el multimillonario gasto público del Estado, deudas y la reciente devaluación del Bolívar. Para el venezolano común, que lucha por llevar alimentos a su hogar debido a las carencias de un sueldo mínimo que no cubre la cesta básica y al desabastecimiento de los mismos, es arduo el trabajo que debe hacer para subsistir.

Aunque morir resulte ley de vida, la delincuencia rampante en el país amedrenta no solo la calidad de vida del venezolano; la inseguridad toma vidas, y el lamentable proceso de perder a un ser querido, se adjunta al duro procedimiento que es llevar los costos de ese adiós.

Un funeral es una ceremonia que se realiza para despedir a una persona fallecida. La naturaleza y la composición de los ritos funerarios dependen de la época, la cultura, la posición social del difunto y las creencias religiosas de la sociedad. 



Los ritos de funeral más comunes son la sepultura y la cremación. Entonces, con la premisa de la dificultad económica actual en Venezuela, ¿es accesible para alguien tener un funeral digno?

En una sociedad tan distintivamente dividida por estratos a causa del reforzamiento de la lucha de clases por parte del gobierno, las opciones de entierro y sus precios varían según el renombre, calidad y servicio fúnebre  y la posterior inhumación del cuerpo.

El cementerio de mayor relevancia en Caracas, el Cementerio General del Sur, donde yacen los restos de próceres independentistas y distintas personalidades de la historia del país, se encuentra en franco declive desde hace años. La delincuencia y los saqueos de tumbas para robar objetos o para realizar prácticas de santería están a la orden del día.

La inseguridad en el sitio es tal, que familias han recurrido a la venta de parcelas y traslado de restos a otros cementerios porque la gente busca un lugar de reposo para ofrecer una oración a sus respectivos parientes con tranquilidad y allí no lo encuentran.

Esta necrópolis es vista como sitio para los sectores más populares de la ciudad capital, e inclusive se destinan ciertas áreas para fosas comunes donde se depositan aquellos cuerpos no reclamados por sus familiares. Un ejemplo famoso, la fosa llamada “La Peste” donde yacen decenas de cadáveres producto del Caracazo.

Las fosas más baratas están en el Cementerio General del Sur, donde se consiguen nichos (bóvedas pequeñas) en Bs 2.500 y fosas de uno o dos puestos en Bs 4.500.

Mientras que, el Cementerio del Este, es accesible solo para los estratos medio-altos de la sociedad caraqueña. El servicio de capilla y entierro para una persona común oscila entre 9.000 y 11.000 bolívares para lo más sencillo, y de 20.000 en adelante, los más costosos, sin agregar si ya se tiene parcela de terreno en el camposanto. 

En esos precios se incluye, además del ataúd, el servicio de capilla, servicio religioso y cafetín para los asistentes, preparación del cuerpo y traslado con carroza hasta el cementerio, sin contar los arreglos florales o preferencias sobre urnas importadas de mejor calidad.

Es sumamente costoso; entonces no estás afectada emocionalmente sino también monetariamente. La situación económica del país influye, claro, pero son precios absurdos”, menciona Gladys Vilchez, quien perdió a su hermano a manos del hampa hace meses y sabe lo que significa el proceso.

Debido a la alta tasa de muertes, los cementerios de la ciudad capital están saturados. El Cementerio del Sur y el Cementerio del Este, los dos más grandes en cuanto a extensión de terreno en Caracas, se encuentran en constante expansión para cubrir la demanda de espacio para tumbas, y otros más pequeños como el Cementerio municipal de Baruta o el municipal de El Hatillo, ya están totalmente copados. 
Terrenos en expansión del Cementerio del Este



Solo tienen oportunidad para entierro las personas que ya tengan familiares en el cementerio, y la opción que ofrece el celador del Cementerio de Baruta, Franklin López es “enterrarlo en el mismo hueco, porque ya no hay más parcelas”. ( http://soundcloud.com/kevin9208/
entrevista-al-celador 
)

Es extraño que el ámbito religioso preste poca o ninguna ayuda a aquellas personas que tienen dificultades económicas para darle un servicio funeral decente y digno a algún familiar. La Parroquia Sagrada Familia de Nazaret y San Josemaría Escrivá de Balaguer, con sede en La Tahona, Municipio Baruta, y una de las más grandes de la región capital, no presta asistencia a familias que no poseen recursos para entierro.

El Presbítero Noel Franceschi Franceschi, párroco encargado de la sede, menciona que la iglesia destina “todos los recursos y donaciones para beneficio de la comunidad, trabajando con las actividades de pastoral y difundiendo la palabra del señor”. En otra sede católica del municipio, en Manzanares, lo único que se ofrece para aquellos que no disponen para poder enterrar a un ser querido, es la inhumación de cenizas, que consiste en darle sepultura a las cenizas provenientes de cadáveres o restos humanos una vez que se han sido cremados o incinerados en un terreno dispuesto por dicha iglesia.

¿Cremación como opción?

Para aquellos que no necesariamente buscan una sepultura católica, la otra opción más popular entre los caraqueños es la cremación. Práctica que recurre a deshacer un cuerpo humano quemándolo, frecuentemente en un sitio denominado crematorio.

La cremación influye en el bolsillo del venezolano al ser más barata, porque una persona encuentra dificultad para poder costear la compra de no solo la parcela de terreno en un camposanto, sino también los servicios de capilla y sepultura.

En el caso concreto del Municipio Baruta, el cementerio municipal que sirve a los dos principales barrios, Las Minas y Baruta, se encuentra al límite de su capacidad. Los habitantes de pocos recursos de dichos sectores entonces deciden optar por la cremación como procedimiento para despedirse del difunto. La cremación, que incluye alquiler del horno crematorio, oscila entre Bs 3.100 y 5.500 bolívares, dependiendo del sitio donde se creme el cadáver.

Ángel Ruíz, administrador de la Funeraria Municipal ubicada en Las Minas, comentó que la sede “recibe una cantidad variada de cuerpos por días. A veces pueden llegar séis, como otros días puede llegar solo una. La inseguridad es causa principal, más que todo porque no solo manejamos las muertes del barrio”.

Definitivamente la muerte llega a ser lucrativa en Venezuela. En el diario 2001, se retrata la angustia que una familia padece al ser víctimas de una extorsión por parte de la funeraria donde reposa el padre de la familia Bautista Durán, fallecido hace días. La agencia funeraria Preferal, que opera en el casco colonial de Petare, demandó a la familia 14.000 bolívares para entregar el cadáver, y los deudos, de bajos recursos, se les imposibilitó entregar el dinero.  Ante la situación, el sobrino del difunto denunció el hecho ante la policía científica, y el cuerpo fue recuperado. 

Aun así, siguen sin darle sepultura ya que los trabajadores de la funeraria se apoderaron del permiso de inhumación, imprescindible para poder enterrarlo. Los familiares esperan que alguna autoridad se dedique al caso. Oropeza B, J. (2013, 4 de abril). Funeraria retuvo cadáver y extorsiona a familiares 2001, p.30

Para 2012, el Gobierno Nacional adelantaba la redacción de un proyecto de ley que controla y regula la prestación del servicio funerario y de cremación, con la premisa de que este debe ser público y no lucrativo. La ley fue aprobada por la Asamblea Nacional a finales de ese año. (http://www.dinero.com.ve/index.php/destacados/personaje-de-la-semana/4423-ley-de-servicios-funerarios)

El instrumento legal ejercerá control en los precios de los servicios que prestan las empresas funerarias y de propiedad privada en todo el país, lo cual supone mayor control especialmente en la fijación de precios justos para las personas que acuden a buscar estos servicios.

¿Será esta la solución, o el problema va mucho más allá? No es luchar contra el dolor del adiós, sino además buscar la posibilidad de costear la partida de un ser querido. Con la muerte puedes negociar, pero nunca vencer.

1 comentario:

  1. Hola Kevin. Revisando el blog no conseguí nada referente a tí. Al lector le gusta conocer su escritor.

    Buen título del trabajo.Excelente idea la de usar las cifras en el párrafo uno pero se entendería mejor con alguna analogía que traduzca de una manera más sencilla lo que significa.

    Hay postura política clara y no contribuye a la imparcialidad del trabajo. (párrafo 7 por ejemplo).

    Cuidado con la transcripción, hay un "seis" que le pusiste una tilde.

    Hay una cita de una fuente docmuental. En los reportajes no es correcto usar las normas APA. Puedes escribir: "como explica Fulanito en su libro Tal"

    Considero que no hay cierre por la hipótesis no se ratifica y quedó muy brusco. El cierre también contribuye a explicar qué otras puertas abre este tema.

    El uso de los archivos multimedias no es el adecuado, en clase se les explicó como introducir los videos más allá de los links. Si tienes duda al respecto puedes escribir y te explico.

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